La iniciativa OIP (Organización por la Integridad Pública), siguiendo las recomendaciones de organizaciones como la OCDE, busca establecer una reflexión acerca del concepto de integridad pública, por medio de un sistema basado en la prevención y en el cambio cultural. OIP tiene por objetivo la elaboración por cada entidad de un plan de integridad mediante un análisis de riesgos y el establecimiento de medidas preventivas y/o correctivas. El proyecto OIP no busca solamente prevenir el fraude y la corrupción en su extensión penal y delictiva, sino iniciar un verdadero cambio cultural y estructural dentro de las organizaciones, favoreciendo las instituciones y sociedades democráticas.
Integridad y Entidades Públicas
La definición de integridad es compleja, pudiendo diferenciarse dos esferas: la integridad como el mero hecho de ausencia de fraude y corrupción; y la integridad como aquella cultura basada en la honestidad, el respeto y la neutralidad. Por tanto, no solamente debe perseguirse en su modalidad sancionadora, sino en su versión preventiva, siendo este un enfoque extensivo del concepto de integridad.
El sector público, como elemento esencial de un sistema democrático y de derecho, es sujeto exigible de una serie de valores y comportamientos acorde al concepto extensivo de integridad para luchar contra la desafección y la falta de legitimación. No solamente como pura cuestión moral, sino como una cuestión social, inclusiva y acorde a los principios del buen gobierno, defendidos desde la Unión Europea y organizaciones como la OCDE. Por ello, el cambio debe llegar desde las entidades públicas, detectando y eliminando las posibles amenazas de corrupción, así como favoreciendo el desarrollo de una cultura de integridad.